Cada verano, millones de visitantes de todo el mundo acuden en masa para descubrir la Dama de Hierro. La Torre Eiffel, símbolo emblemático de París, es una parada obligatoria en cualquier estancia en la capital. Para que su visita sea tan fluida como enriquecedora, aquí tiene tres consejos esenciales y fáciles de seguir, especialmente en verano.
Reserven en línea lo antes posible
El verano es sin duda la época más concurrida para visitar la Torre Eiffel. Le recomendamos que reserve con mucha antelación para conseguir la entrada que desea. Se recomienda encarecidamente reservar en línea, ya que así se reserva el acceso para una fecha y una hora fijas y se evita la cola en las taquillas. Las entradas para el ascensor, especialmente las que dan acceso a la cima, se ponen a la venta con 60 días de antelación y suelen agotarse muy rápido, a veces incluso el primer día de venta. Volvemos a poner a la venta entradas unos días antes de la fecha de la visita, por lo que le recomendamos que consulte la página web oficial de venta de entradas.
Al reservar con antelación en la página web oficial, puede elegir la hora de su visita y planificar su día sin estrés. También se asegura de evitar las plataformas no oficiales que a veces ofrecen entradas a precios más elevados o sin ventajas reales. Aquí te ofrecemos todos nuestros consejos para evitar estafas.
En cualquier caso, si no has conseguido comprar una entrada online, no te desesperes: siempre es posible comprar entradas in situ el día de tu visita para subir inmediatamente. Por supuesto, la venta de entradas para acceder a la cima está sujeta a la afluencia de público en el momento de tu visita.
Vengan temprano por la mañana o por la tarde: menos afluencia
Si su agenda se lo permite, y especialmente si no han podido comprar entradas en línea, aquí tienen nuestros consejos para disfrutar de una visita más fluida: vengan desde la apertura (8:45 en los accesos, 9:00 en las taquillas) o bien opten por una visita al final del día. A partir de las 21:00 h, la afluencia comienza a disminuir, lo que ofrece un ambiente más tranquilo y agradable. En verano, la Torre Eiffel cierra tarde (últimos ascensos a la segunda planta en ascensor a medianoche, cierre del monumento a las 0:45), lo que le deja tiempo para disfrutar de esta experiencia nocturna. Además, por la noche es cuando quedan más entradas disponibles en línea.
Las temperaturas, a menudo elevadas durante el día, se suavizan por la noche. Y, sobre todo, las vistas de París iluminado son absolutamente espectaculares. Monumentos iluminados, el Sena tranquilo, los tejados parisinos hasta donde alcanza la vista... El panorama nocturno es simplemente inolvidable. También es una oportunidad para ver la iluminación de la propia Torre, que se ilumina con su vestido dorado al caer la noche y brilla cada hora después del anochecer. No se pierda tampoco el ballet inmutable del faro de su cima.
Baje por las escaleras: ahorrará tiempo y vivirá una experiencia única
Al bajar, desde la segunda planta, recuerde utilizar las escaleras (si viene desde la cima, el descenso desde la cima hasta la segunda planta se realiza obligatoriamente en ascensor). Pero a aquellos que se sientan tentados de prolongar su descenso desde la segunda planta en ascensor, les recomendamos que lo eviten: no ganarán necesariamente tiempo, sino todo lo contrario. Bajar por las escaleras suele ser más rápido que el ascensor, que puede implicar una espera prolongada, especialmente en temporada alta.
Pero también es una forma original y envolvente de descubrir la Torre, si se está en condiciones de hacerlo. Se encontrará en el corazón mismo de su estructura metálica, muy cerca de sus vigas, mientras disfruta de un paseo panorámico y vertiginoso. En cada rellano, se le ofrecerán nuevas perspectivas de París. En el pilar oeste, entre la segunda y la primera planta, también podrá disfrutar de una espléndida exposición fotográfica realizada por la Brigada de Bomberos de París sobre los lazos tan especiales que unen a los bomberos parisinos y a la Dama de Hierro. Y para los amantes de la fotografía, bajar por las escaleras es una oportunidad única para capturar ángulos inéditos.
En resumen, para que su visita este verano sea un éxito: reserve online con antelación, venga por la tarde y atrévase a bajar por las escaleras. La Torre Eiffel no es solo un monumento, es una experiencia para vivir plenamente, a su ritmo... ¡y con un poco de anticipación!