Desde sus orígenes, la última planta de la Torre Eiffel se había preparado para recibir al público. Aunque, Gustave Eiffel se reservó la plataforma superior, justo debajo del campanario que coronaba la Torre. Esta vivienda rodeada de un balcón al aire libre medía unos 100 metros cuadrados, aunque una gran parte de la superficie estaba ocupada por la cabina del ascensor, la llegada a la escalera que provenía del piso inferior y varias instalaciones técnicas.
Su apartamento constaba de un salón con mesa, sofá y piano, tres pequeños despachos, una cocina, un cuarto de baño con lavabo y aseos. La «vivienda» no tenía dormitorio, por lo tanto, su concepción se centraba en la recepción confortable de visitantes de honor y para los experimentos científicos que Gustave Eiffel pretendía llevar a cabo desde la Torre.
Una reconstitución de despacho
Este apartamento, donde probablemente nunca durmió, se convirtió desde entonces en un local técnico. Hizo una reforma de su despacho, que los visitantes pueden visitar, en la cual hay personajes de cera como Gustave Eiffel, su hija Claire y Thomas Edison. Esta reconstitución representa la visita del famoso inventor durante su paso por París en 1889, durante la cual ofreció a Eiffel uno de los primeros dispositivos para gravar los sonidos.
El despacho de Gustave Eiffel se puede ver en la cima de la Torre
